Por Fabio Oliva.
La contundencia de las recurrentes inundaciones pone nuevamente en el centro de la escena una problemática de altísima complejidad. Es necesario desarrollar un Plan Integral con una metodología adecuada, que mire todos los aspectos y vincule a todos los actores necesarios, principalmente a los afectados, "los inundados". Los vecinos tienen un conocimiento de la historia y del territorio que debe ser protagonista de la planificación y gestión de los proyectos que se quieran desarrollar.
El saber popular debe ser valorado tanto en las obras de ingeniería como en Planes de Contingencia que fortalezcan el entramado social.
Las inundaciones sacan a flote, por lo menos mientras dure el evento en los medios, un sinnúmero de opiniones que generalmente buscan explicar la situación simplificando los motivos. Se instala al cambio climático como efecto global y causa de todos los males, buscando tranquilizar con el argumento de no ser los únicos en el planeta. Se revisa la historia para poner en evidencia que el problema no es nuevo y que en todo caso las culpas deberán prorratearse en forma retroactiva en el calendario. Se conocen las obras hidráulicas que no se hicieron y podían mitigar en algo los efectos. Se denuncian las construcciones que se realizaron en costas, humedales, valles de inundación y desembocaduras de ríos y arroyos impidiendo el cauce y los movimientos naturales de las aguas. Salen a la luz los canales clandestinos que productores agropecuarios en forma egoísta realizan para proteger sus campos aunque perjudiquen a otros. Se pone en evidencia el fuerte contraste entre la vulnerabilidad de los barrios populares frente a los privilegios de los barrios cerrados y countries que emergen de la especulación inmobiliaria. Podríamos seguir enumerando aspectos y seguramente faltarían otros que surgirían teniendo en cuenta diferentes variables y particularidades de los territorios.
Está claro que en la emergencia se impone actuar rápidamente resolviendo el problema de los más necesitados, movilizando todos los recursos disponibles, los que surgen del Estado y de la solidaridad de la gente, con la mejor organización que se pueda desplegar. Pero también hay que aprovechar esta instancia para tomar conciencia, los fenómenos naturales se transforman en tragedias por una construcción social, son el resultado de procesos de ocupación y producción en el desarrollo humano vinculado a la naturaleza.
De nada sirven las especulaciones sectoriales que buscan llevar agua al molino propio, cuando la naturaleza busca su cauce. Es necesario construir políticas públicas participativas, corresponsables y de largo plazo. Es necesario que se reconozcan las cuencas como una nueva forma de organización y gestión del territorio. Los lagos, ríos y arroyos no son un límite, por el contrario, son un ámbito de encuentro y un desafío para la gestión de las políticas públicas, deben construirse espacios de trabajo interprovinciales, intercomunales, etcétera.
La Planificación-Acción con participación comunitaria para la elaboración de Mapas de Riesgo que forma parte de la familia de Metodologías PPGA, Planificación Participativa y Gestión Asociada, que viene ensayando Flacso y otras redes, es una herramienta que genera un abordaje integral de la problemática de las inundaciones. Permite desarrollar una planificación con la participación de todos los actores involucrados realizando un diagnóstico completo de la situación que recupera la memoria de la cuenca, vinculando a todos los actores y principalmente generando mecanismos para la toma de decisiones que permitan compensar las diferencias con los actores más débiles de la sociedad. Los mecanismos de inclusión también tienen que darse en la participación.
En la Ciudad de Bs As después de la terrible inundación del 2 de Abril del año 2013, se viene aplicando esta concepción metodológica que permitió construir un actor en red diverso conformado por ACUMAR, APrA de la CABA y los actores involucrados de la comunidad para la planificación y gestión de la Cuenca del Arroyo Cildáñez. La RICC, Red Intercomunal de la Cuenca Cildáñez, en estos dos años de trabajo ha desarrollado un Mapa de Riesgo que incluye un Plan de Prevención y Mitigación con participación comunitaria para el "antes", el "durante" y "el después" de las inundaciones. Consiguió dar visibilidad al arroyo Cildáñez en la región más postergada de la Ciudad de Buenos Aires permitiendo que sea incluido en los créditos y obras que se están realizando, por ej. la recuperación del Reservorio del Lago Soldati. Y viene sosteniendo las reuniones de la Mesa de Gestión Interjurisdiccional de la Cuenca Cildáñez en el marco de las Mesas Temáticas de ACUMAR.
Estas redes configuran un actor técnico-político-comunitario y reconstruyen el tejido social fortaleciendo la resiliencia de las comunidades. Cuando las aguas bajan y vuelve a salir el sol los focos de la coyuntura buscarán llevarnos a otros temas, es el momento para reflexionar y hacer efectiva la necesidad de repetir experiencias participativas en todas las cuencas que nos permitan prepararnos de la mejor manera para un nuevo evento que más temprano que tarde volverá a repetirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario